Hay dos razones por las que Dios ordenó a Moisés que edificara el tabernáculo, la primera: para cumplir el anhelo del corazón de un Dios santo de reestablecer con Su pueblo la comunión que se había perdido desde que Adán pecó. Dios anhelaba morar en medio de Su pueblo.
La segunda, para enseñarle a Su pueblo Sus caminos. Al estudiar el Tabernáculo de Moisés, somos instruidos en los caminos de Dios,